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La Berlinale rinde honores a la alta cocina española
• El filme de López Linares sobre un chef ha sido seleccionado en una sección oficial
• Ferran Adrià presentará mañana dos documentales sobre el Bulli
Escrito por CRISTINA SAVALL ENVIADA desde Berlin, para el periodico digital
La alta cocina española cobra especial protagonismo estos días en Berlín. Dieter Kosslic, director del festival, seleccionó personalmente El pollo, el pez y el cangrejo real para la prestigiosa Berlinale Special.
La nueva película documental de José Luis López Linares es la única producción española que participa este año en una sección oficial, aunque no sea competitiva. Se proyecta el día 14, un día antes de su estreno en las salas comerciales.
Además, el ciclo dedicado al cine y cocina contará mañana lunes con un invitado de excepción.
Ferran Adrià acude para presentar dos filmes que giran en su órbita:
El Bulli. història de un somni y Decoding Ferran Adrià.
Para Adrià, la cocina es un lenguaje mediante el cual se puede expresar armonía, creatividad, felicidad, belleza, poesía, complejidad, magia, humor, provocación y, por qué no, cultura.
El cine es mucho más complejo pero también coincide en la transmisión de sensaciones, de vivencias únicas, y en el esfuerzo e inspiración que conlleva toda creación artística.
La Berlinale, siempre sensible a iniciativas innovadoras, lo invitó para dar renombre a la tercera edición de su retrospectiva gastronómica.
Cuando al célebre cocinero le preguntaron si, además de cientos de reportajes de televisión, existía alguna película documental sobre el Bulli, la respuesta no fue una, sino dos.
Los hermanos David y Esteve Pujol y Francesc Guillamet, el fotógrafo que ilustra las imágenes de los exquisitos libros de Adrià, comparten la autoría de El Bulli. història de un somni, que se presenta con un título provisional porque la han editado a contrarreloj para llegar a tiempo.
«Acaba de salir del horno», cuenta David Pujol. La película, que espera atar en Berlín su distribución, indaga en cómo el chef catalán ha creado un lenguaje propio cada vez más codificado, que establece relaciones con la vanguardia artística.
Solo cabe recordar que la Documenta de Kassel reconocía su cocina cómo una verdadera obra de arte.»Relatamos las circunstancias que diferencian al Bulli», explica Guillamet, que ha vivido de cerca el ascenso de Adrià.
Para ello, el documental viaja a los años 50, cuando en la cala Montjoi el doctor Hans Schilling, un médico alemán homeópata, y su esposa Marketta, decidieron instalar un minigolf.
En ese mismo espacio se edificó el Bulli. La señora Schilling servía comidas ya antes de que existiera el establecimiento. El nombre elegido para su negocio fue
El Bulli, ya que el matrimonio tenía perros bulldog franceses, a los que coloquialmente llamaban bulli.
Es una de las muchas anécdotas que rescata el filme. Para David Pujol, Adrià es una persona acostumbrada a analizar.
«Muy riguroso en la cronología, lo documenta todo, siempre va con papeles bajo el brazo».
THRILLER GASTRONÓMICO,
López Linares acude por tercera vez a la Berlinale.
Asaltar los cielos y Extranjeros de si mismos, ambas codirigidas con Javier Rioyo, ya destacaron.
Regresa con un filme que marca un antes y después en su trabajo documental.
El pollo, el pez y el cangrejo real no explora en hechos históricos, ni en reflexiones, sino que transcurre en tiempo real.
El protagonista es Jesús Almagro que, tras ganar el campeonato de cocina en España, acepta el desafío de competir en el Bocuse D’Or, un
concurso gastronómico de enorme repercusión, que transcurre en Lyon.
La película, según López Linares, inaugura un subgénero cinematográfico: el thriller gastronómico.
«El tiempo pasaba y Jesús iba buscando la receta perfecta que debía unir el pollo de Bresse, el fletán noruego y el cangrejo rojo real, tres ingredientes obligatorios del evento culinario».
El carisma del protagonista –«un tipo magnífico»–, unido a la epopeya que vive, convierten al filme en una experiencia singular.