El gran cocinero francés Paul Bocuse, inspirador del movimiento conocido como la nouvelle cuisine, creó en Lyón, hace 20 años, el llamado Bocuse d’Or, un galardón con el que premia al supuestamente mejor cocinero del mundo. Hoy tiene que darse a conocer en quién recae el premio de 2007, cuál de los 24 cocineros finalistas es considerado el mejor.
España estará representada por Jesús Almagro, del restaurante Pedro Larumbe.
La gran especificidad del Bocuse de Oro es que los cocineros trabajan delante de un público de aficionados que les vitorea y anima, y lo hacen también delante de las cámaras de televisión, que retransmiten en directo la demostración de habilidad y talento culinario de los competidores, retransmisión que goza de gran predicamento en Japón.
Bocuse, que ya avala una línea de platos preparados que se comercializa a través de supermercados y grandes superficies, que presta su nombre a platos congelados y posee varios bistrots en Lyon y París que ofrecen versiones simplificadas y de precio asequible de su cocina, anunciaba ayer que a partir de ahora su nombre también garantizará la calidad de productos de cocina rápida, el llamado fast food, a veces presentado como comida basura, y que en sus manos -como en las de Ferran Adrià y otros virtuosos de los fogones- se ofrece de manera aún más simplificada al alcance de todo el mundo.
La operación promocional del emperador Bocuse coincide con el salón bianual Eurexpo de Lyon, que existe desde 1983 -los años pares es París el que lo acoge- y atrae a nada menos que a 1.900 expositores de 122 países distintos y a unos 150.000 visitantes. Este año, el salón hacía hincapié en la estrecha relación existente entre nutrición y salud.
La información ha sido obtenida por el periódico el país digital!