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Es un jardín exquisitamente perfumado con flores y plantas aromáticas al amparo de olivos y árboles frutales donde se puede cenar a la uz de las velas en las frescas noches de verano. Un ambiente tranquilo y relajado para compartir una cena con amigos entre música y copas de vino.
En este marco incomparable, con vistas a Montserrat de fondo, contemplando esas montañas de formas caprichosas y resguardados por las paredes de la iglesia, podrán probar las exquisiteces que Montse Estruch les preparará.
Primeros platos fríos y calientes, pescados y carnes de la mejor calidad y la cocina a la vista y para terminar unos postres caseros buenísimos que pondrán fin una cena de verano memorable. Todo ello acompañado con una selección de vinos y cavas de nuestra bodega.