El modelo Biodinámico supone volver a las raíces de la actividad rural, a la arqueo-agricultura, enriqueciendo el concepto de agricultura ecológica. Es un aceite Extra Virgen picual fresco, vivo y expresivo, que destaca por sus notas vegetales a hoja de olivo, lechuga y alcachofa.
Este nuevo aceite pertenece a su exclusiva colección «Aceites del Siglo XXI» y está elaborado a través de la integración y armonía completas con el ecosistema, con el hábitat natural y con el cosmos, enriqueciendo el concepto de agricultura ecológica. Un producto limitado que acaba de conseguir una medalla de Oro en la última edición del concurso internacional EcoTrama, que premia los mejores aceites de oliva extravírgenes ecológicos y biodinámicos de todo el mundo.
«La Biodinamicidad supone no solo la exclusión total de abonos de síntesis química o de pesticidas en nuestra explotación agraria, sino una transformación total del entorno en el que lo producimos. Retornamos a las raíces mismas de la actividad rural. Es lo que denominamos arqueo-agricultura», ha explicado Francisco Vañó, director general de Castillo de Canena.
Así, desde la incorporación de ganado ovino a la explotación, la creación de abonos propios -muy ricos en potasio y nitrógeno- a través del compostaje, el enriquecimiento de la cubierta vegetal a través de la instalación de panales de abejas, la lucha biológica, la erradicación de los hongos en las hojas de los olivos con sílice (cuarzo molido) en vez de cobre y la aplicación de los distintos preparados biodinámicos, son algunos de los elementos que se añaden a los específicos de la agricultura ecológica y que Castillo de Canena ha incorporado.
De esta forma, según afirma Francisco Vañó, «el concepto de Biodinámico implica conseguir la armonización perfecta entre las distintas fuerzas que rigen la Naturaleza (estaciones, fenómenos atmosféricos, ciclos lunares, etc.), el hábitat y las labores del campo, que no deben alterar el entorno natural que se desarrolla alrededor de una explotación agrícola».
En este sentido, como apoyo al concepto de cultivo Biodinámico, Castillo de Canena ha creado también un bosque con especies de árboles autóctonos, como robles, encinas, fresnos, álamos negros y sabinas alrededor del olivar para enriquecer el concepto de bosque mediterráneo en el que se conjuga el «bosque humanizado» con el «bosque natural».
Además, la compañía ha introducido ganado ovino que, junto al bosque de olivos, ayuda a fijar nutrientes de forma natural, disminuye la pérdida de humedad y la erosión, incrementa la materia orgánica en los suelos y actúa como fungicida e insecticida primario -al proporcionar un hábitat natural a los insectos depredadores de las plagas del olivar (mariposas, lombrices, escarabajos, mariquitas y pájaros)-.
«Una granja biodinámica debe ser autosuficiente. Es fundamental que todos los subproductos y residuos de la actividad agrícola se vuelvan a incorporar al suelo, convirtiéndose a su vez en generadores de vida», ha concretado Francisco Vañó.
Con una producción limitada de 20.000 unidades, el nuevo Biodinámico estará presente en el Reino Unido, Alemania, EE.UU., Canadá, Corea del Sur y Japón, entre otros, y se convertirá en referencia exclusiva para los consumidores de productos de alta gama, concienciados con el cuidado y el máximo respeto al medio ambiente.
Para Rosa Vañó, directora comercial y de Marketing de Castillo de Canena, «nuestro primer aceite extravirgen «Biodinámico» es un picual de alto valor añadido, que cumplirá los requerimientos de los consumidores más exigentes y que además posee un componente de I+D+I muy elevado».
Además, la preocupación de Castillo de Canena por la agricultura sostenible también se materializa en el proyecto «La tierra para la tierra», con la donación de 1 € (junto a la Fundación Xabi Cabot Selles) por cada botella comercializada del nuevo Biodonámico, para la construcción de reservas de agua y para el desarrollo agrícola de una de las zonas más pobres del mundo: el Lago Turkana (Etiopía y Kenia), a través de la Missionary Community of Saint Paul The Apostle.
«El Biodinámico destaca por el color tierra -la misma en la que están plantados los olivos biodinámicos de nuestra familia- y la textura de arena de su botella, ligados al concepto de regreso a las raíces y a los orígenes de la actividad rural», ha concretado Rosa Vañó. Su tamaño es de 500 ml, en forma de cilindro y está serigrafiada en blanco y verde, destacando su constelación de estrellas y luna, como unión del cielo y la tierra.
En su cata, las notas vegetales a hierbas y hortalizas predominan en este aceite fresco, vivo y expresivo. La hoja del olivo, lechuga y alcachofa aparecen en primer plano. Después, las frutas frescas, la tomatera y un toque dulzón a plátano verde y manzana madura. El amargo y el picante están bien integrados; y algo de astringencia nos recuerda a la alcachofa, el cardo o el caqui. Persistente en boca.
Los Aceites del Siglo XXI representan una línea que busca seguir aportando novedades y conceptos diferentes a una categoría de productos con más de 3.000 años de historia. Representa así toda una experiencia sensorial para el paladar, que permite catar y recrearse en unos aceites innovadores que sorprenden por su originalidad, diferenciación y por seguir los más altos estándares de calidad.
Tras Primero «Royal Temprano», se presentó Segundo «La Cata Horizontal» (una misma varietal -arbequino- procedente de las aceitunas recolectadas a lo largo de tres meses consecutivos: octubre, noviembre y diciembre) y, por último, llegó Tercero «Arbequino al Humo de Roble»